jueves, 15 de marzo de 2012

Chantaje afectivo

Era de esperar. Desde el intento de asesinato se ha puesto hipertrágico y como ve que yo respondo a sus reclamos mucho más que antes, no para de quejarse, lloriquear e, incluso en algún momento, le he notado una tos ficticia que me ha hecho dar un bote del sofá, de la mesa del despacho o de donde esté, con un ay en el corazón. Sospecho que me está haciendo chantaje afectivo, en especial cuando hay alguien delante, de forma que, si le riño, se ponen de su parte. Empiezo a estar un poco harta del "pobrecito, con lo que ha pasado" y de que siempre se salga con la suya. El martes, sin ir más lejos, se empeñó en venir al taller de escritura. Ante mi negativa esgrimió todo tipo de argumentos:
- Dijiste que tengo que pulir mi estilo.
- Te daré clases particulares.
Como estaba preparándome para salir, me siguió hasta al cuarto de baño e insistió:
- ¿Y si me quedo solo y pasa algo?
- Das cuatro ladridos y el vecindario entero vendrá a auxiliarte -no era por decir, ahora, con la tontería de la convalecencia, todo el mundo lo contempla.
Al ver que se le agotaban las posibilidades, cambió de estrategia:
- Me encuentro mal -dijo con cara de mártir.
- Te tomas un Colocatil y solucionado.
Me siguió hasta el despacho y mientras agarraba los bártulos atacó:
- ¿Y si me da otro ataque?
Por ahí no pasé; me giré enfadadíssima y le advertí:
- No bromees con eso, Nelo, no bromees que si no te hubieras comportado como un indigente metiéndote en la boca la primera porquería que encuentras, nos habríamos ahorrado el disgusto.
Como es de naturaleza merengosa y, ahora, está hipersensible, se tumbó en su camita y se puso a llorar. Y ahí me ganó.
- Está bien, ponte el arnés que nos vamos.
Debo reconocer que se portó de maravilla, aunque intentó también el chantage afectivo con todas las integrantes del taller, que tenían orden estricta de ignorarlo.
Y aquí estamos de nuevo llevando una vida normal, a parte de la movida de denuncias y acciones que hemos iniciado en el pueblo para que no se repita semejante atrocidad. Por eso, queremos expresar nuestro agradecimiento al equipo veterinario del hospital de Mataró por sus atenciones y sus cuidados, y por haberle salvado la vida. Qué habría sido de nosotras sin el Quillo, verdad?

Frase del día: Un grupo de leones se ha puesto de acuerdo en comprar un domador, pero tienen poco dinero.
Ana María Shua


3 comentarios:

Anónimo dijo...

verdad!!!
:-)
y digo yo que el quillo se ha ganado una plaza fija en el taller, ¿no?
;-)

Paz Montalbán dijo...

Nelo, eres la mascota predilecta del taller. Lo que pasa es que la profe tiene celos de que te mimemos más que a ella... Y eso que nosotras la queremos con locura!!!

ISA dijo...

Este Nelo sabe latín.

Ten cuidado porque dentro de poco lo tienes subido a la chepa.

Anyway, me alegro de que ya esté bien , lo de la comida envenenada no tiene nombre, aquí en un barrio de Madrid también pasó algo parecido, pero creo que no descubrieron al culpable/es h.d.p.