miércoles, 8 de agosto de 2012

Patricia Highsmith sí escribió una historia de amor

Háganse a la idea de la escena: playa de Sabaudia, al sur de Roma, diez de la mañana, el mar agitado, la sombrilla abireta (claro), una familia multireproductiva y mayoritariamente panzuda tan cerca que hemos tenido que retirarnos, niños jugando a las palas, una niña que llora por un revolcón de las olas, vendedores ambulantes procedentes de África o de Bangladesh (solo una mujer entre ellos) ofreciendo todo tipo de objetos... en fin, vacaciones. A mi lado, mi amiga Nadia Pizzuti, escritora, periodista y cineasta, lee en las páginas culturales de La República una entrevista de Elena Stancanelli (notoria escritora italiana) a Enrique Vila-Matas. Me ha preguntado por él y, como es su costumbre, ha bromeado en cuanto a si es, igual que yo, un escritor catalán en lengua castellana. "¡Ni punto de comparación! -le he dicho-. Él es un escritor de verdad, muy culto, valorado, de opiniones inteligentes. Yo, en cambio, no soy más que una cómica de la pluma". Y seguimos disfrutando de esa playa de arena fina que se te mete por todas partes; nuestros cuerpos -algo ajados ya- en bikini, acribillados ambos de picaduras de mosquito y el mío, además, decorado con moratones por una fragilidad capilar que se agrava con el calor... y, de pronto, el bucolismo de la escena se interrumpe, Nadia emite un grito ahogado, se le erizan los rubios cabellos... "Ma, che cosa ha suceso?", le pregunto en mi itañolo casi perfecto. Ella, con visible indignación, me lee el motivo de su sobresalto: Stancanelli le pregunta a Vila-Matas: "Hay algún escritor del cual habría deseado leer una historia de amor y, en cambio, nunca la ha escrito?" El entrevistado responde: "Patricia Highsmith".
¡¡No me lo puedo creer!! En 1952, Highsmith escribió una de las más bellas historias de amor entre dos mujeres que se han publicado en toda la historia de la literatura. Sus editores le recomendaron no firmarla con su nombre ya que podía afectar a su carrera. Apareció con el título de El precio de la sal y con el seudónimo Claire Morgan. Tres décadas más tarde, cuando era ya reconocida como la gran dama del género negro, se publicó con su verdadero nombre y el título con el que la conocemos: Carol. Para más actualidad, se ha sabido que Cate Blanchett y Mia Wasikowska darán vida a sus personajes en una próxima película que dirigirá John Crowley.
¿Y todo un Vila-Matas no se ha enterado de ello? Porque no puedo imaginar que no vea en esa novela una historia de amor. ¿O será que no la ha leído? ¿O es que no considera el amor entre mujeres digno de ser reconocido como tal?
Señor Vila-Matas, si por casualidad lee este mísero blog, le invito a tener una conversación distendida y sincera sobre el tema. Necesito que me lo aclare. 

La frase del día: Es que ni en vacaciones puede una bajar la guardia, eh?
La Franc

2 comentarios:

E V-M dijo...

Simplemente no leí Carol. Que sea de amor entre mujeres no habría sido nunca -faltaría más- un motivo para mí para no nombrar ese libro. Ya el sólo hecho de que crean que habría sido motivo me da a entender que me conocen poco.
La entrevista con Stancanelli, por cierto, es muy buena, aunque sólo sea porque la ha redactado ella.

Oh Carol.

E.V-M

Isabel Franc dijo...

Gracias por su comentario, Sr. E V-M. No me cabe la menor duda de que habría nombrado el libro. El caso es paradigmático, se conoce toda la obra de Highsmith excepto esta novela que tiene, además, una historia tan fascinante; como tampoco se conocen tantas obras, autoras y personajes destacadas que han tocado el tema dentro y fuera de la literatura.
Cuando lea Carol ¿me hará saber qué le ha parecido? Sería, de verdad, un lujo tener su opinión.

Oh, oh, oh Carol yo te doy mi amor!!!