lunes, 14 de mayo de 2012

Quillo, quillo

La prueba irrefutable de que el Quillo es quillo está en un experimento que suelo hacer y que nunca falla. Cuando lo tengo distraído, me planto frente a él y me pongo a cantar: "Lailo lolailo lailo, lolailo, lailo, lolailo laaaaaaaa". Como impelido por una fuerza sobrehumana (sobrecanina en este caso) se alza para ofrecerme las patas anteriores invitándome a bailar y ahí estamos los dos a ritmo de rumba dando vueltas por el salón. "Lolailo, lailo, lolailo la" 
Y es que la sangre tira.

La frase del día. "¡Coño, el rey!"
Un elefantito antes de salir huyendo

1 comentario:

ISA dijo...

Querido Nelo:
Perdona la tardanza en hacer un comentario pero es que he estado fuera este puente de San Isidro.
Aún así, no he dejado de pensar en tí y malamente en tu dueña. Esto último lo ha corroborado el lolailo al que te ha sometido la ínclita en su último post.
Creo que voy a poner una denuncia por maternidad inadecuada y voy a pedir tu custodia durante algún tiempo. Hasta que se arreglen las cosas y te traten como te mereces: un animal de cuatro patas. Los de dos a veces no saben lo que hacen.
Te ofrezco una casa fresquita, dos animales de dos patas sumamente cariñosas y tres féminas ¡tres! de cuatro patas. Pepa está ya para pocos juegos porque es un poco mayor, pero Lola y Teresa te tratarían como mereces, además como creo que te han eunucado no habrá problemas de celos entre ellas y podréis retozar libremente por el jardín, no te sentirás solo jamás y se te tratará como lo que eres, un señor.
Tuya afectísima
Isabel